Los panameños, sobre todo los residentes en el área metropolitana, deberán prepararse para las incomodidades que traerán consigo la construcción de los macroproyectos como el Metro y las ampliaciones y extensiones de los Corredores y la Cinta Costera.
Panamá requiere de nuevas infraestructuras, sobre todo en materia vial, porque el parque vehicular es excesivo frente a las pocas avenidas que tiene el área metropolitana.
Se estima que por dos años y medio habrá afectaciones en el tránsito vehicular y los panameños deberán armarse de paciencia para trasladarse de un punto a otro.
Ya la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre, así como el Ministerio de Obras Públicas, la Secretaría del Metro y la Dirección de Operaciones de Tránsito de la Policía Nacional, deben estar preparando planes alternos para minimizar las afectaciones.
Los informes preliminares indican que algunas de las vías principales serán cerradas al tránsito vehicular por algún tiempo mientras se desarrollan las labores subterráneas del Metro.
El Metro es el proyecto insignia del gobierno y para evitar críticas desde antes de su arranque, los técnicos deben adoptar una serie de medidas que afecten en lo mínimo a los comercios, conductores y residentes a lo largo de su ruta.
De igual modo, los trabajos deben realizarse de manera eficiente y sin la demora propia de la burocracia que empantana a muchas obras, sin dejar de resaltar que en todo proyecto surgen imprevistos.