La familia es la unidad básica de la sociedad humana. Cuando esta se desmorona, todo se derrumba con ella. La razón es porque el hombre ha perdido la posibilidad de transmitir principios divinos para el matrimonio y la familia, de una generación a otra. Sin los principios divinos para el matrimonio y la familia, los hijos repetirán los mismos errores que los padres, y la sociedad entera se irá cuesta abajo.
Comenzaré compartiendo contigo el modelo bíblico para el matrimonio y la familia. Ya sabemos que el modelo propuesto por el mundo para el matrimonio y la familia ha traído solamente destrucción, angustia y soledad. Lo que hace falta para que el matrimonio y la familia marchen como Dios desea es un nuevo modelo, el modelo propuesto por Dios en la Biblia. Este modelo divino tiene tres pilares fundamentales: Un nuevo nacimiento, un nuevo control y un nuevo conjunto de normas para el funcionamiento del matrimonio y la familia. Consideremos cada elemento en forma detallada.
Primero, un nuevo nacimiento. El nuevo nacimiento tiene que ver con un cambio radical en el estado espiritual de una persona. El ser humano viene a este mundo en el estado de muerte espiritual. Romanos 2: 22 dice: "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios." En este estado de separación de Dios o muerte espiritual, el hombre no puede experimentar la guía de Dios en ningún asunto.
Si todavía no tiene una relación personal con Dios, hoy mismo reconcíliese con Dios y reciba a Cristo como su Salvador personal. Esto será el comienzo de una nueva vida para Usted, para su esposo o esposa y para los demás miembros del hogar. Luego decida ceder el control de su vida a la dirección del Espíritu Santo. Esto se consigue en la medida que Usted obedezca lo que dice Dios en su palabra, la Biblia. De esta manera en Usted se apreciará el fruto del Espíritu Santo, ingrediente indispensable para la estabilidad del matrimonio y la familia. Por último, es necesario que Usted decida desechar las normas que el mundo ofrece para el matrimonio y la familia y decida adoptar las normas que Dios ha plasmado en su palabra, la Biblia.