EDITORIAL
Tráfico de armas
Panamá ha sido por mucho tiempo el puente para el suministro de armas para la guerrilla y los paramilitares colombianos. En la última década se ha utilizado la documentación panameña para desviar equipo bélico a grupos en conflicto.
En 1993, un certificado de destino final emitido por el Consulado de Panamá en Barcelona fue utilizado por traficantes de armas para adquirir 75 mil pistolas y subametralladoras, que luego fueron desviadas a Los Balcanes. Luego se utilizó un documento del Ministerio de Gobierno para comprar armas en Argentina, que también fueron a parar al conflicto de la antigua Yugoslavia.
Ahora se ha utilizado ilegalmente una orden de compra de la Policía Nacional para adquirir 3,000 fusiles AK-47 a la Policía de Nicaragua, pero que fueron enviadas a Turbo, Colombia, zona en la que opera los movimientos subversivos de la nación suramericana.
Aunque las autoridades han brindado sus explicaciones y todo indica que el negocio ilegal se concretó en Nicaragua, lo más correcto es profundizar las pesquisas, porque siempre queda la duda de que elementos locales estén relacionados a esa operación ilegal.
El tráfico de armas es un negocio de millones. Igual que el narcotráfico corrompe y representa una lacra para la sociedad. Hay evidencias que entre Panamá y Nicaragua existe desde hace años un puente para el tráfico de fusiles AK-47 hacia Colombia. Las armas que heredó la guerra en Nicaragua representan un botín para los traficantes.
Las armas se introducen en camiones o barcos procedentes de Nicaragua, lo que hace suponer que existe una amplia red en la región centroamericana, para encubrir el avance a través de las fronteras de diversos países.
Los cuerpos de seguridad de Panamá deben estar ahora más alertas que nunca, porque la guerrilla colombiana se está preparando para reaccionar ante el Plan Colombia.
Para nadie es un secreto que elementos paramilitares y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), desarrollan transacciones de compra y venta de armas en Panamá. Las autoridades panameñas desde hace cinco lustros conocen de estos eventos fronterizos, y actividades mercantiles, bancarias que estos grupos desarrollan. El tráfico de armas está relacionado con el narcotráfico y ahora existe la modalidad de canjear fusiles AK-47 por kilos de cocaína.
Ya Panamá, cuando luchaba por ser excluida de la lista negra del Grupo de Acción Financiera (GAFI), adecuó sus leyes para colaborar en los esfuerzos contra el lavado de dinero proveniente del narcotráfico y otros delitos, entre ellos, el terrorismo, secuestros, peculado y tráfico de armas.
PUNTO CRITICO |
 |
|