La otra vez nos referimos a qué podría llamarse "odio social". Ahora deseamos hablar del odio entre personas, algunas de ellas comunes y corrientes. Es bastante común en Panamá que cuando una pareja se divorcia quede entre ellos un odio "africano", como dirían en San Miguel.
Lo que antes era sentimiento de amor se convierte en odio, debido a las múltiples razones que hay para acabar un matrimonio. Por eso algunos dicen que del "amor al odio, solamente hay una pequeña línea que los separa".
Pero lo peor de esto es que los hijos del matrimonio fracasado a veces son llenados de odio, por una de las dos partes o por ambos. Recuerdo siempre a una madre que le pegaba muy fuerte a su hijo, por cualquier tontería que hiciera. Siempre se quejaba de la mala conducta del chiquillo.
Y una vez se le salió la razón de esta conducta, cuando dijo: "es que este chiquillo de porra tiene la misma cara del sinvergüenza del padre".
Realmente la madre estaba desquitándose con el niño, lo que quería hacer con su padre. (Aquí había un caso para ir al "loquero"). También esto sucede con el padre molesto que habla mal de su antigua mujer. Por supuesto que los niños sufren, ya que ellos no tienen la culpa del divorcio y quieren a ambos padres.
A veces sucede que en las familias hay hondos resentimientos. Tal vez por cuestiones de herencias y privilegios. Entonces a los niños se les inculca odio contra sus primos y demás familiares. No crea, pero esto a veces ocurre con los mismos hermanos. Familias han quedado divididas por muchos años, odiándose los unos a los otros, por disgustos económicos y de otra índole.
No sería de extrañar que el odio entre personas sea producto de la envidia que sufren algunos sujetos, y se busquen mil y una razones para justificar ese odio, cuando realmente todo se debe a ese sentimiento de envidia, que algunos consideran que es "verde" en quien lo tiene.
Una cura contra el odio es el razonamiento, pero no es fácil de realizar. Un niño, por ejemplo, no podrá razonar ante el odio que le siembra un adulto. Menos, si se trata de sus padres.
Otra manera de desbaratar el odio es el amor, un sentimiento más fuerte que éste. Así lo vimos en la obra de Romeo y Julieta, donde el odio entre familias no evitó el amor de dos jóvenes. Pero al final ellos murieron, lo que es un mensaje negativo.
Pienso que el odio es señal de debilidad. Las religiones exhortan a "perdonar a nuestros enemigos". Esto es una maravillosa receta para acabar con cualquier odio entre seres humanos. Sería bueno que usted, amigo lector, pensara un poco en sus odios. ¿Los tiene sociales, o son personales?
No llene la cabeza de nadie -y menos niños- de odio, porque estará promoviendo acciones que pueden ser fatales. Además, un niño no tiene por qué cargar con sus odios y flaquezas. Deje que él haga su propia vida, y ojalá que sea lo más positiva posible. Un mundo lleno de odio marcha hacia su destrucción. |