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EDITORIAL
Auditorías a colegios
Las denuncias de la Contraloría sobre el manejo irregular de los dineros provenientes del Seguro Educativo para financiar las operaciones de los colegios públicos, constituyen una vergüenza para el sistema educativo panameño.
Es incomprensible que en instituciones que deben servir para formar a niños y jóvenes, se estén produciendo actos que rayan en el peculado, debido al mal manejo de dineros públicos, que deberían utilizarse en mejorar las condiciones de enseñanza.
Al mismo tiempo, resulta inquietante que los funcionarios encargados de velar por el manejo correcto de esos fondos, no mantengan los controles adecuados para prevenir y evitar ese tipo de irregularidades, que ahora se disfrazan al tipificarlas de “fallas administrativas”.
Para qué existe el control previo sino se aplica. El manejo incorrecto de los dineros asignados a los colegios, así como a las asociaciones de padres de familia, han sido blanco de denuncias por mucho tiempo. Cuando el río suena, es porque piedras trae, reza el dicho y en este caso, las auditorías posteriores han confirmado las sospechas de “radio bemba”.
Sin embargo, el daño ya está hecho. Por más investigaciones penales y por más procesos para exigir responsabilidades patrimoniales, al final del día, no serán recuperados los dineros perdidos.
Vales más prevenir que curar y en esa tarea, la Contraloría debe adoptar medidas para realizar acciones de control previo en los colegios. Es cierto que el número de planteles es enorme y que la labor involucra muchos recursos de personal, pero la entidad tiene que cumplir su labor de fiscalizador de los dineros públicos.
La Contraloría también debe preparar una guía para los directores y personal docente encargado de manejar los dineros del Seguro Educativo. Muchos directores llegan al cargo, sin conocer los elementales sistemas de contabilidad e incurren en fallas, que pueden dar margen a investigaciones penales.
Están en juego dineros de los contribuyentes. Las escuelas deben recuperar su prestigio, por su propio bien y por el de los estudiantes que se forman en sus aulas, que constituyen el futuro de la patria.
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PUNTO CRITICO |
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