Los disturbios que estallaron en el norte de Nigeria en protesta contra los resultados de las elecciones presidenciales del sábado se han cobrado 121 vidas, a la vez que centenares de personas más han resultado heridas y 15,000 han tenido que abandonar sus casas, informó ayer un periódico local.
El candidato cuya derrota desató la violencia, el general del Ejército retirado Muhammadu Buhari, salió al paso de los acontecimientos la noche del martes al condenar la violencia.
"Tengo que decir que son hechos ruines que no fueron iniciados por nuestros seguidores y por tanto no pueden ser respaldados por nuestro partido", rezó un comunicado difundido por el portavoz de Buhari, Yinka Odumakin.
Los manifestantes, principalmente jóvenes y que portaban palos o machetes, atacaron a quienes sospechaban eran simpatizantes del gobernante Partido Democrático Popular. Además, innumerables edificios fueron incendiados.