Una madre y su hija que fueron privadas de su libertad por su excónguye y expadrastro, respectivamente, fueron liberadas en la tarde de ayer martes por la Policía Nacional en Nueva Esperanza de Pacora.
LOS DETALLES
Desde las 10:00 p.m. del lunes, los vecinos de las víctimas, Lidabel Pérez, de 32 años, y su hija de nombre Soemi,de 8 años, tenían conocimiento del problema que sostenían con el seguridad Justino González, de 33 años, de la etnia Kuna.
Una moradora aseguró haber visto y escuchado cuando "El Indio", apodo de Justino, rondaba con un martillo por la casa.
Y al rato, se oyeron gritos de la menor y por ende, de su madre, porque Justino, a la fuerza, entró a la morada de la que una vez fue su concubina.
"Se llamó a la Subestación de Policía de Felipillo, pero no prestaron atención a la información", dijo la fuente.
A las 9:00 a.m. de ayer, llegaron miembros de "Los Linces" a verificar el suceso y una vez confirmado, lo demás es historia.
Tras varias horas de negociaciones y dilatación entre las partes, el grupo especializado de la Policía entró en acción.
A las 2:00 p.m., el Grupo de Apoyo de la Policía detonó varias bombas, para hacer ruido y distraer a Justino, e irrumpió en la residencia y rescató a las víctimas.
Al recibir el delincuente un impacto de bala en el costado izquierdo, soltó a su víctima, a quien mantenía amenazada con un machete de 18 pulgadas, que le había colocado en el cuello.
Pero antes, la hirió en ambos brazos y en la actualidad Lidabel se recupera en el Hospital Santo Tomás.
DE INTERES: SOLO PIDIO UNA SODA
La menor de edad resultó ilesa y fue puesta a salvo, en una residencia del lugar a la 1:20 p.m.
Cabe señalar que un agente de seguridad no es el padre de la menor de 8 años.
Una soda y dos chocolates pidió el agresor al negociador.