Los niños que comen mientras miran la televisión son más propensos a engordar que los que no lo hacen, según han coincidido los expertos en nutrición.
Restringir el tiempo que los niños pasan delante de la televisión diariamente, podría ayudar a disminuir la obesidad entre los chicos.
La televisión no sólo influye en lo que el niño come sino en la cantidad y dónde ingiere los alimentos. Asimismo, está vinculada a una disminución de la actividad física, lo cual es una causa subyacente de la epidemia mundial de obesidad.
Los niños necesitan alternativas para la televisión, de manera que aumente su grado de actividad física y disminuya la cantidad de alimentos que ingieren.
"En la actualidad existe cuantiosa evidencia que indica que el impacto de la televisión sobre la ingestión de alimentos puede ser mayor que el que pueda tener sobre la actividad física", dijo.
En Estados Unidos, el número de horas que la mayoría de los niños emplea en mirar TV se triplica.