En el crimen del detective Jorge Herrera Ramos participaron cinco sujetos, cuyo objetivo era robar un auto para luego cometer varios delitos, pero escogieron el taxi que era manejado por un PTJ que quedó al descubierto por un llavero con esposas.
Las investigaciones señalan que los cuatro sujetos estaban juntos en un taxi placa 8RI 2659, pero se separaron en Río Abajo, lugar donde Carlos Alberto Torres Hernández, alias "Calitín", y Ramsés Vladimir Espinoza abordaron el taxi conducido por Herrera.
Dentro del auto los delincuentes empezaron a hablar de sus andanzas y de lo que querían hacer con el vehículo, pero uno vio que el detective tenía unas llaves de las que usan las esposas y le preguntó si era policía y Herrera se identificó como miembro de la PTJ.
Los maleantes se lo llevaron hasta Villa Lobos, en Pedregal, lo bajaron del auto y lo mataron de un disparo en la cabeza.
El sujeto apodado "Calitín" confesó haber sido el autor material del hecho. Este hombre se había fugado de la cárcel La Joya y participado en otros delitos.
Se conoció que después de asesinar al detective, "Calitín" cometió un robo, pero fue capturado y desde ese tiempo estuvo detenido en el Sistema Transitorio de la PTJ, pero se averiguó que el mismo había estado implicado en el crimen.
Las autoridades realizaron un operativo en Capira y detuvieron a Víctor Ardinez, alias "Picolo", otro de los implicados. Humberto Pérez Bernal se entregó voluntariamente.
Falta por detener al quinto sujeto que fue quien llevó el taxi del detective hasta Las Acacias.