Hace un par de años conocí a unos amigos dominicanos que en mi primera visita a su residencia me ofrecieron un delicioso plato de algo que a simple vista nunca hubiera reconocido: berenjenas asadas. Que delicia.
Desde entonces me he dado a la tarea de prepararlas en sus diversas formas, lo que me ha llevado a conocer algo sobre esta hortaliza que lastimosamente no conoce la comida criolla panameña.
ALGO DE SU ORIGEN
El origen de esta hortaliza se localiza en la India. Fue introducida a Europa en la Edad Media, cuando los árabes la llevaron a España. Desde su introducción en Europa y durante siglos después, la berenjena fue usada como adorno exótico, debido a la creencia de que el consumo de esta hortaliza provocaba mal aliento, lepra y cáncer.
VALOR NUTRITIVO:
Contiene una elevada cantidad de agua, mientras su porcentaje de hidratos de carbono, proteínas y grasas es muy bajo. Carece de fibra, excepto una pequeña cantidad en la piel y las semillas.
El mineral mayoritario es el potasio, además de pequeñas cantidades de calcio, magnesio y fósforo. Respecto al contenido vitamínico destaca su pequeña cantidad de vitamina C, provitamina A y folatos.
Por ser un alimento perecedero, debe manipularse con cuidado y en refrigeración hasta su consumo, que debe ser lo antes posible.
Nunca se debe envolver en un film transparente, pues impide su respiración.
CONSEJOS
Por lo general, las berenjenas más sabrosas son las más tiernas y firmes, de unos 5-8 centímetros de diámetro, con la cáscara lisa y brillante. Las más grandes y maduras suelen resultar fibrosas y amargas.