Rafael Leonidas Trujillo, el "benefactor de Santo Domingo" en la República Dominicana, apodado así por sus seguidores, fue un hábil político y militar. Servidor de los intereses de Estados Unidos de América se apoyó decididamente en el teatro para acrecentar su popularidad en la década de los 40. Ordenó la creación de la compañía nacional de teatro y los módulos actorales que servían docentemente en los problemas de salud y trabajo.
Cuando la actriz Zelideth Rosales y este servidor nos ocupábamos de los Centros Regionales en el Instituto Nacional de Cultura, iniciaba su campaña alcaldicia, Juan Carlos Navarro. Como vecino, puerta con puerta, dialogamos constantemente, sobre la posibilidad de crear una Compañía Municipal de Teatro, a lo que el licenciado y futuro alcalde se mostró de acuerdo y muy complacido.
Le expusimos un plan que consistía en la presentación en los entonces 19 corregimientos de obras sociales con conceptos apegados a la problemática de cada comunidad y siempre desarrollando y conclusión de la temática en una dirección actoral y asesoramiento con fundamento y basado en la realidad. Los actores serían miembros de la comunidad, quienes tendrían una conducción cónsona y acertada.
El alcalde Navarro ganó las elecciones abrumadoramente y la famosa propuesta durmió el sueño del olvido, aún el asedio constante verbal, escrito e infructuoso.
En esta segunda oportunidad aprovechando el asesoramiento en una "cuña" de campaña y el acercamiento a la guapísima Cibeles de Freitas, insistí en la cruzada de teatro comunitario, me pidió que le permitiese ganar las elecciones y ser esta premisa con certeza, la garantía que esgrimiríamos en este proyecto.
Tampoco recibimos el aval de su equipo alcaldicio. No nos molesta la negativa o la posible suspensión por carencia económica, pero sí, el ignorar que se ejecutó con conocimiento y abrigando el deseo de convertir a nuestro Panamá en un país como, los del área centroamericana, los que conservan y con muy buenos presupuestos esta modalidad que tiene raíces históricas.
Ya lo dice Sinisterra en "El Ñaque" cuando enumera las clases de teatro y su evolución: William Shakespeare cuando en 1582 gozó del favor del conde de Southmpton quien le sugirió el teatro comunitario con ribetes políticos.
No podríamos dejar en el olvido la labor que realizó el famoso teórico teatral soviético quien basó la formación del actor en el naturalismo psicológico, Konstantine Stanislvski y quien practicó con su famoso "Método" el teatro de barrio.
De ninguna manera estamos equivocados y seguiremos insistiendo para que todas las comunidades, barrios y pequeñas poblaciones puedan beneficiarse con el teatro que lleve con la comedia o el drama sus problemas y cómo resolverlos.