Con la esperanza colgada de un hilo y la zozobra de no contar con un futuro prometedor, se despiertan todos los días una madre y sus cinco pequeñitos.
Y es que la precaria situación económica que azota el sector sureste de la provincia chiricana, específicamente en el área de Divalá, es cada vez más trágica. Un claro ejemplo de la grave crisis económica que se refleja en el sector de Divalá, provincia de Chiriquí, es la situación por la que están pasando los hermanitos Castillo y su madre Edith, quienes carecen de necesidades básicas como una adecuada alimentación, atención médica y sobre todo el derecho de optar por una educación general y para variar, el recuerdo del maltrato que dejó grabado en sus mentes, un padrastro sin entrañas.
NO IRAN A LA ESCUELA
La mirada perdida de Elizabeth, una niña de 13 años, pero que en apariencia pareciera de ocho, busca la respuesta de por qué este año tampoco podrá ir a la escuela como otros niños, el silencio de Samuel, de tan sólo cinco añitos, que aún no ha podido aprender a hablar, tal vez por falta de una buena atención médica, el mal estado de salud de un bebé de sólo dos años de edad, la inquietud de Victoria y Reyes, quienes no tienen sus útiles para ir a la escuela.
DESEOS
O las marcas en el corazón de Edith, una madre que tampoco entiende por qué la vida se ha ensañado contra ellos y les ha robado la felicidad de tener una vida digna, son algunas de las interrogantes que no tienen respuesta en el rural mundo que encierra a esta humilde familia en la región chiricana.
