En nuestro país existe un elevado índice de pobreza extrema; situaciones críticamente lamentables; empero, cuando a esa triste realidad se le unen enfermedades, la vida es mucho más difícil de sobrellevar; esto es lo que hoy vive una familia en Los Hatillos de Pesé, provincia de Herrera, donde una mala jugada del destino ha dejado al único sostén de la familia en silla de ruedas, situación que los ha llevado a vivir de la caridad.
Las auxiliares de enfermería, Erenia y Ana del Centro de Salud de La Arena de Chitré, me invitaron a visitar a esta familia de Los Hatillos. Nuestra llegada la hicimos sorpresivamente. Al llegar observe una luz mortecina en el interior de la casa alumbrando una hilera de silenciosas figuras que hacía la ropa que colgaba. Ahí estaba Benigno Saavedra de 43 años de edad, sentado en una estropeada silla de ruedas que le prestó una vecina. Al vernos llegar con nuestro equipo de trabajo... empezó a llorar y a relatar todo el sufrimiento que están viviendo.
El es el único sustento de su madre que es ciega y padece de una enorme úlcera varicosa que le está devorando un pie a la altura del tobillo; la carne está a lo vivo; falta poco para que aflore el hueso; cuando no la tiene cubierta, pululan las moscas.
Benigno Saavedra, trabajaba por contrato en el Centro de Salud de Pesé, pero se le venció y no se lo renovaron. Se ganaba el sustento limpiando patios para mantener a Remigia Flores Ávila su madre. Antes de los carnavales, para no ser multado por el Ministerio de Salud por el asunto de limpiar para evitar el Hanta Virus; estaba limpiando el techo de su precaria vivienda y se precipitó al suelo partiéndose la cadera; desde entonces está postrado en una silla de ruedas sin poder caminar. Ahora son dos personas impedidas.