Juan Pablo II ha nombrado a casi todos los cardenales que elegirán a su sucesor, pero eso no implica que el próximo Pontífice sea una copia exacta del actual.
Los cardenales suelen expresar opiniones diversas y con frecuencia conflictivas acerca de cuáles son las cuestiones más apremiantes para la Iglesia Católica, y probablemente buscarán a un Santo Padre con cualidades diferentes de las que posee Juan Pablo.