La terapia de la risa ayuda a niños de tres hospitales bogotanos

Bogotá
EFE
Vestidos de colores, calzados con enormes zapatos, con una nariz roja y bata blanca que los identifica como los doctores Payaso, cada semana seis artistas se presentan en las salas de pediatría de tres hospitales estatales de Bogotá para alegrar a los pequeños pacientes. La Fundación Doctora Payaso se dedica a practicar la terapia de la risa con la que los menores olvidan su sufrimiento y recuerdan, al menos por unos minutos, que la alegría de ser niño sigue presente. Hunter Patch Adams, un médico de Virginia Occidental, fue el pionero de la terapia de la risa en la década de los años 70 en Estados Unidos y revolucionó la medicina tradicional, cambiando la común reverencia que se rinde a los médicos, por la humanización de la relación entre doctor y paciente. Adams demostró que la risa incrementa la secreción de sustancias que actúan sobre el dolor y el estado de ánimo de los pacientes, fortalece el sistema inmunológico e incrementa la oxigenación de la sangre, tiene un efecto positivo en problemas cardíacos y los pacientes aceptan mejor los medicamentos. Y como Patch Adams con su nariz de payaso alivió a muchos niños en Estados Unidos, Juan José Aguirre, artista de la Fundación Doctora Payaso, quiere ayudar a los menores en su dolor. "Yo no puedo sentir el mismo sufrimiento de los niños, pero a través de mi mirada puedo decirles que estoy con ellos" explicó a EFE Aguirre. Este payaso lleva 16 años trabajando en diversas facetas artísticas y asegura que después de una jornada de trabajo regresa a su casa con una gran satisfacción aunque con preocupación por los casos que ha visto. "Mi nariz de payaso es un escudo gigantesco, me da un valor grandísimo para ver la realidad, es la máscara más sencilla del teatro pero a la vez la más difícil de llevar" señaló. En una de las habitaciones del quinto piso del Hospital Simón Bolívar, al norte de la capital colombiana, Jair, un niño de dos años, internado desde hace tres meses por una neumonía crónica que lo hace dependiente del oxígeno espera impaciente la llegada de sus amigos los payasos del hospital.
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