La policía de Camboya descubrió una forma novedosa para lograr la confesión de los delincuentes: hacerlos comer muchos bananos.
Dos adolescentes fueron sometidos a un inusual interrogatorio en la capital, Phnom Penh, luego de que los arrestaran bajo sospecha de que se habían robado cinco bolsas de detergente de un auto estacionado.
La prensa camboyana dijo inicialmente que los policías obligaron a los chicos a comer bananos hasta saciarse y éstos se sintieron tan mal que confesaron.