El administrador civil estadounidense de Irak, Paul Bremer, afirmó que los ataques que causaron la muerte de cuatro civiles y cinco soldados norteamericanos al oeste de Bagdad "no quedarán sin castigo".
"No murieron en vano", declaró Bremer.
Cinco soldados murieron en Habbaniya, mientras cuatro civiles norteamericanos perdieron la vida en un ataque con armas automáticas en Faluja, y los cadáveres de dos de ellos fueron mutilados.