El aceite de Oliva Virgen, por la cantidad de ácido oleico que contiene, se considera la grasa ejemplar. El ácido oleico aumenta el "colesterol bueno" (HDL) que ejerce un papel protector, ya que transporta el "colesterol malo" -depositado en las arterias- hasta el hígado para su eliminación, reduciendo los riesgos de trombosis arterial y de infarto.
Además, ayuda a prevenir la arteriosclerosis y sus riesgos; produce una mejora en el funcionamiento del estómago y del páncreas; posee un efecto protector y tónico de la epidermis; ayuda a mejorar nuestras funciones metabólicas; estimula el crecimiento y ayuda a la absorción del calcio y la mineralización; entre otros.
Y como si fuera poco el Aceite de Oliva Vírgen contiene la beneficiosa vitamina E.