El bólido del béisbol nacional encendió sus motores el miércoles por la noche en su propio circuito… el Kenny Serracín A-1, con capacidad para 10 mil aficionados que se deleitan con el rugido de las turbinas de su auto de competencia, más rápido de la historia en la pelota criolla.
Apenas empezaban los calentamientos, el sonido del motor del R-Candela 2004 (Rodolfo Aparicio) estaba ensordecedor. Las bujías alineadas, el chasís completamente balanceado, los neumáticos fijos y estables, y el combustible de entusiasmo debidamente servido.
El R-Candela 2004 jugó el partido del miércoles en el Kenny Serracín como si hubiese salido de la fábrica. Jugó como si nunca hubiese recorrido las almohadillas.
“Me siento bien, te lo dije Pineda, antes de empezar el partido, estoy en el 100% y creo que hay Candelilla para rato, siempre y cuando me aparte de las lesiones”, dijo el pelotero en una conversación con Crítica.
Aparicio conectó de 4-3 con dos bases robadas y fue la bujía clave del equipo en el partido del miércoles, donde su equipo ganó 7 a 0 a los Vaqueros del Oeste y puso la serie 3-1, con calendario a cumplirse en el quinto partido, hoy en el Rod Carew.
Antes de empezar el partido… el R-Candela 2004 estaba en la zona de calentamientos. “Me siento bien, no quiero decir que pasaré a Virgilio Kaa en la carrera de imparables, tampoco quiero poner cifras o metas… jugaré hasta que me sienta bien y ahora mismo me siento como nunca”, agregó. Aparicio confirmó su salida de la selección nacional. “Ya lo dije una vez, mi retiro de la selección nacional está fijado, no pienso regresar… hay que darle oportunidad a los muchachos nuevos".
Cuando se instale algún día del calendario cósmico, el Salón de la Fama, el R-Candela 2004 será de los primeros en ingresar.