El reino de Bahrein, donde el viernes comenzarán los entrenamientos para la tercera prueba de la temporada, que se disputará el domingo en el circuito de Sakhir, albergará por primera vez en su historia un Gran Premio de Fórmula Uno, quizá el más peculiar, pues se correrá en mitad del desierto.
Bahrein, que junto a China (Shangai) debuta esta temporada en el Mundial, es un archipiélago situado frente a la costa este de Arabia Saudí, en el centro del Golfo Arábigo, del que es su corazón financiero. Los pilotos llegan desde hoy.