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La señora Ernesta de Rodríguez, después de jubilarse dedica su vida a trabajar artesanías y a dictar cursos. Su vida sigue muy activa y nos da un ejemplo de talento, creatividad y tenacidad. |
Cuando vemos y oímos en los medios de comunicación hechos que riñen con lo que se espera de la especie humana, pensamos que no hay esperanza para nuestra especie y que nada bueno puede resultar de la misma.
Las cosas se complican mucho más cuando recordamos lo que nos dice la Biblia en el Génesis 1: 26-27, en lo referente a la imagen y semejanza del hombre, las cuales fueron tomadas de Dios, entonces nos preguntamos en qué somos semejantes, cuando muchas manos humanas diariamente se llenan de sangre y provocan luto y dolor para otros.
Pero no todo está perdido, pues existen personas en las cuales abundan cualidades que traen esperanza y placer a muchas vidas, tal es el caso de Ernesta de Rodríguez, maestra jubilada, después de 25 años de labor educativa.
La conocimos en reciente gira organizada por el Departamento de Fomento de Turismo Interno del IPAT y la Oficina Regional de Turismo de la provincia de Colón. En la profesora Rodríguez pudimos observar el don de tomar lo que para muchos no tiene valor y convertirlo en una pieza artística, capaz de engalanar cualquier sitio.
La profesora Ernesta lleva cincuenta años viviendo en la comunidad de Palmas Bellas donde desarrolló su carrera como educadora.
Así como Dios tomó polvo de la tierra (material de poco valor), para formar al hombre (Génesis 2:7), Ernesta hace uso de conchas de mar, vidrios rotos, escamas de pescado y otros materiales que muchos desechan para crear cosas nuevas y útiles.
Pudimos apreciar las estatuillas hechas con conchas de almejas, que asemejaban ranas con características antropomorfas, realizando actividades propias de la especie humana, tales como pesca y danza, entre otras.
No tan sólo nuestra artesana se dedica a trabajar con conchas de almejas u otros objetos de mar, las escamas de pescado que usualmente echamos a la basura, encuentran un mejor uso en manos de Ernesta, y pasan a ser los pétalos de una bella flor que con facilidad podría usted encontrar en cualquier sedería exclusiva de la urbe citadina.
En la actualidad la profesora Rodríguez comparte todo su arte con un grupo de veinticinco estudiantes, la mayoría amas de casa, quienes con la capacitación obtendrán un medio con el cual podrán percibir algunas ganancias.
Entre las enseñanzas que reciben los participantes de los cursos impartidos por la profesora, se destaca el de la fabricación de papel a partir de la piña, sí así como lo lee, con pequeños y pocos trozos de piña además de unas cuantas tiras de papel usado se logra obtener papel para confeccionar tarjetas, sobres y papel para cartas.
El proceso es sencillo, tan sólo se necesita, además de lo antes mencionado una licuadora y un rodillo de amasar, luego se procede a licuar las tiras de papel con dos o tres trozos de piña, se cuela y se amasa envuelto en papel periódico y se deja secar y ya está listo para lo que usted desee.
Otros materiales con los cuales trabaja la profesora Ernesta son los caracoles, arena y pequeñas piedras de playa con los que adorna un sinnúmero de manualidades dignas de colección.
Según reveló Raúl Nassun, director de Turismo de la provincia de Colón, se adelantan esfuerzos para atraer la atención turística hacia la región, de manera que talentos como el de la profesora Rodríguez, sean conocidos y aprovechados. |