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Pobladores de las provincias de Los Santos y Herrera, sin mucha dificultad atrapaban los calamares gigantes junto a la playa en Pedasí. |
Cuando la gente vio que ni Jesús, ni sus discípulos estaban allí se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron "Maestro, cuándo has venido aquí?. Jesús le contestó: "os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre, pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios". ( Juan 6,23-29 Trabajad por el alimento de la vida eterna). La fe en Dios.
No fue el maná del cielo (...) fueron calamares gigantes de aguas profundas los que envió Dios a la gente de Herrera y Los Santos desde el pasado viernes 2 de marzo (primer viernes de cuaresma) y que se repitió unas cuatro veces.
De milagroso fue catalogado por los azuerenses este hecho, precisamente cuando daban inicio la cuaresma. La economía en esta región estaba muy afectada desde la aparición del "virus del hanta" que motivó la suspensión de los carnavales en el año 2000 y que no se ha recuperado. Aunado a esto, la península viene enfrentando una férrea sequía desde el pasado mes de agosto. Los residentes no pueden capturar camarones, porque son respetuosos de la veda nacional de ese crustáceo.
La pesca artesanal tuvo que vacacionar obligatoriamente por la "nortera" (temporada de fuertes vientos del norte).
Todas estas vicisitudes hicieron clamar a herreranos y santeños ¿qué harían durante la cuaresma para alimentarse, si todo pareciera que tenían vedado a los alimentos provenientes del mar, cuando la inmensa mayoría profesa la religión católica que les obliga a alimentarse en esta temporada precisamente de lo que el mar les brinda?.
Entonces ocurrió el Milagro. Desde el primer viernes de cuaresma ( 2 de marzo), comenzaron a invadir las costas de Azuero, millares de calamares gigantes, jamás vistos en esa zona. Fueron unos cuatro cardúmenes los que llegaron en diferentes semanas con las aguas frías que llegaban del norte, confundiendo a estos moluscos cefalópodos de exquisita carne, los cuales llegaban a orillas de las playas directamente y sin ningún esfuerzo a las propias manos de niños, mujeres, hombres y hasta ancianos, que aprovecharon este regalo "divino", como así todos han manifestado.
La palabra más común en Azuero después de los carnavales y en cuaresma es "calamares". Que si los santeños no clasificaron en el béisbol, fue porque comieron demasiado calamares. Que si los herreranos están dando palo en el béisbol, es porque les hizo bien comer calamares.
Durante estos días, el menú en restaurantes populares de Las Tablas y Chitré cambió radicalmente así "Hoy calamares al ajillo, sopa de clamares, sancocho de calamares, arroz con calamares, calamares guisados, calamares adobados, calamares fritos, ceviche de calamares, consomé de calamares y calamares al gusto.
Con la situación que viene sufriendo la península de Azuero, sus habitantes han comentado por la llegada de los calamares gigantes..."Jo, es verdad que Dios aprieta, pero jamás ahorca". |