Las investigaciones de los escándalos durante los ocho años de gobierno del presidente Bill Clinton costaron a los contribuyentes de Estados Unidos 60 millones de dólares, según un informe.
La Oficina General de Presupuesto (GAO), el brazo de investigación del Congreso, llevó a cabo averiguaciones sobre los gastos hechos en esas investigaciones por los fiscales independientes Kenneth Starr y su sucesor y ex ayudante, Robert Ray.
Ambos investigaron, sin éxito, la participación de Clinton y su esposa y actual senadora demócrata por Nueva York, Hillary Rodhman, en el fallido proyecto financiero "Whitewater" y las relaciones del entonces mandatario con la joven Monica Lewinsky.
También realizaron una serie de diligencias en los casos de despido de varios antiguos empleados de la agencia de viajes de la Casa Blanca, del que fue exonerada Hillary, y acerca de la controversia sobre los documentos secretos de diversas personalidades enviados por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) a Clinton.
El escándalo Lewinsky, que casi le cuesta la presidencia a Clinton, finalizó dos años antes de que concluyera su mandato con su absolución por parte del Senado en un juicio político por perjurio y obstrucción de la justicia. |