Muchos son los factores que deben tomarse en cuenta al momento de tomar un volante, sobre todo si usted es un hombre o mujer que pertenece a la tercera edad.
Todos sabemos que después de los 65 años existen una serie de condiciones que impiden que una persona de la llamada "Edad dorada" maneje con la misma seguridad que lo hacía cuando era joven.
Y es que, la decadencia física es inevitable, aunque no se manifiesta de la misma forma en todos los individuos (hay personas de 80 años que tienen la salud y reflejos que a los 60 años y viceversa). Pero eso depende del estilo de vida que haya llevado o que lleve.
Para gozar de lozanía y realizar todo lo que deseé, en el caso particular manejar, es necesario que cumpla con ciertos procesos, indispensable, en realidad, para todas las edades.
Por ejemplo, debe acostumbrase a levantarse temprano, realizar cierta actividad física y alimentarse de forma saludable.
SEGUROS Y PERMISOS
Las aseguradoras de vehículos consideran que a partir de los 65-70 años estamos hablando de un nuevo grupo de "alto riesgo", de la misma forma que lo hacen con los conductores jóvenes que tienen edades comprendidas entre 15 y 24 años, aunque estos datos varían en función de la aseguradora.
Estadísticamente está demostrado que las franjas de edades anteriores ocasionan o sufren un mayor índice de accidentes de autos, por lo que si lo realizan, se recomiendan que vayan acompañado de otra persona que también conduzca; claro está, en caso de emergencia. Y de algo si hay que estar seguros, en las personas de la tercera edad, las lesiones pueden ser más grave, y la recuperación más lenta.
LIMITACIONES POR LA EDAD
A medida que se envejece, la percepción de la realidad comienza a ser errónea, lo que provoca que se tarde en reaccionar y, por tanto, se aumente el riesgo de sufrir un accidente, tanto como peatón como conductor. Por eso, se debe tomar en consideración las facultades visuales, motoras y auditivas.
Sí, se habla de la visual porque no se tiene la misma facilidad de cálculo en cuanto a la distancia entre un auto y otro. Aquí también influye el plano auditivo, cuando se hace imposible discernir diferentes sonidos durante la conducción en la carretera.
Por último, la deficiencia motora, en donde se pierde la coordinación en los movimientos y la facilidad de ser más afectado por síntomas como el sueño.
Es muy típico, entre personas mayores, tener una mayor sensación de autoconfianza, pensando que la "experiencia" suple cualquier defecto de la edad o que por ser personas mayores tienen prioridad, por ejemplo, cruzando la calle por una zona indebida. Este tipo de imprudencias se cometen inconscientemente, ya que la pérdida de agilidad en los sentidos es normalmente gradual.
Otro peligro alternativo es el mayor consumo de fármacos, muchos de ellos con efectos secundarios que afectan a todo el que los consume, pero mucho más a las personas más mayores.