Dios desea que los cristianos prosperen tanto en lo espiritual como en lo material. ¡Quiere que gocemos de la vida! Jesucristo mismo dijo: "He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia'' (Juan 10: 10).
En los dos primeros capítulos del Génesis. Dios se revela como un creador, como alguien que labora. Su obra de creación se hizo en seis días. Y cuando creó a los primeros seres humanos a su propia imagen, dispuso que también ellos laboraran.
Dios les dijo a los padres de la humanidad que subyugaran la tierra, que desarrollaran su ambiente, lo cuidaran y lo utilizaran para producir. Dios sembró el huerto del Edén y luego puso al hombre allí para que lo cultivara y aumentara su hermosura.
¿Vino Jesucristo a la tierra para cumplir una obra, o sea para trabajar? Juan 9: 4. ¿Reveló que el Padre sigue trabajando? Juan 5: 17.
Dios trabaja con ahínco. Nosotros hemos de parecernos más a él trabajando diligentemente en todo lo que nos venga a la mano... trátese de nuestro empleo, de los quehaceres domésticos o de algún trabajo independiente.
Si usted está desempleado, puede aprovechar este principio desde ahora. ¿Cómo? Convirtiendo la búsqueda de un empleo en un "trabajo". Dedíquele por lo menos 40 horas semanales. Persista y sea ingenioso. Lea libros o artículos que le enseñen a buscar mejor.
Si no hay demanda para nuestro tipo de trabajo, podemos buscar asesoría en cuanto a otros tipos de empleo. O quizá podamos adaptar nuestros conocimientos y habilidades para desempeñar una labor diferente. Y pidámosle a Dios que nos ayude a conseguir empleo. Una vez que lo tengamos, estaremos listos para poner en práctica otras instrucciones del Nuevo Testamento. Recuérdese también que para conservar el empleo una de las cosas más importantes es tener buenas relaciones con los demás.