Indígenas kunas y ciudadanos colombianos ilegales que ingresaron al poblado cercano a río Carreto, en la frontera con Colombia, han mantenido enfrentamientos por la búsqueda de oro, situación que podía culminar en una tragedia.
Se ha conocido sobre la construcción de 10 trincheras para defenderse de los sudamericanos en las comunidades de Narganá, Carreto y Anachukuna.
Eso ha provocado que el gobernador de Kuna Yala, Avelino Brenes Martínez, se reuniera la semana pasada con el director del Servicio Nacional de Fronteras, Frank Ábrego, para resguardar el área en conflicto.
Según Brenes, el pasado 10 de marzo se registraron tiros al aire de advertencia por parte de los pobladores de Carreto, debido a que colombianos ingresaron al área.
Los indígenas consideran que los suramericanos están llegando al lugar "para robar el medio ambiente".
Sobre las denuncias de personas de origen colombiano desaparecidos, Brenes aseguró que los familiares de esas personas no tienen evidencia de que haya sucedido.
El pasado 19 de febrero, el cónsul de Colombia en Puerto Obaldía, Héctor Pineda Marmolejo, recibió la denuncia de Carlos Alcalá Julio, por la desaparición de su hijo.
Alcalá dijo no tener la fecha precisa de la salida de un grupo de jóvenes extranjeros desde Acandí, Colombia. Entre ellos se encuentran Ramiro Urrego Cardona, Javier Alcalá, Carlos Fonseca, Carlos Alberto Alcalá, otros que le dicen "Pipa", "El Lobo", Agustín, quienes tenían como punto final llegar al Río Ortí, a orillas del Río Carreto, en Panamá, para sacar oro.
A los dos días de haber llegado al río, escucharon disparos, por lo que corrieron hacia el filo de la montaña y vieron cuando indígenas llegaron a su campamento y destruyeron el lugar, dañando los ranchos.
A Carlos Alcalá, Ramiro Urrego y Carlos Fonseca, no los volvieron a ver más y se mantienen desaparecidos.
Enfrentamientos
Los indígenas kunas han señalado que defenderán la soberanía de su territorio de extranjeros ilegales que quieren destruir el medio ambiente.