DEPORTES


Una esperanza para el mejor deporte

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Mauro Zúñiga Saavedra
Crítica en Línea

En una ocasión leí en un libro de Administración una ejemplarización deportiva del significado de las palabras eficiencia y eficacia. En el fútbol y de acuerdo al ejemplo, la eficiencia es jugar al fútbol bien y la eficacia es ganar el partido. De otro modo, la eficiencia es espectáculo sin necesariamente ganar y la eficacia el resultado sin necesariamente dar un "show".

Lo lógico sería que el encuentro sea ganado por el equipo que brindó el espectáculo, pero muchas veces eso no es así.

Se critica mucho que el fútbol ha perdido espectacularidad, la brillantez que lo caracterizó tiempo atrás. Y tiene veracidad tal afirmación si damos una hojeada a las distintas ligas alrededor del mundo.

Los directores técnicos se preocupan más por defender que por atacar. El dicho "la mejor defensa es un buen ataque" parece que es cuestión del pasado.

Y es que el mismo concepto de modernismo excluye los valores antiguos y en el fútbol el espectáculo es algo antiguo. De verdad que hay que recuperarlo.

Cuando el ex futbolista brasileño Zico afirmó que Italia le había hecho un gran daño al fútbol mundial, porque a partir de ese momento los equipos comenzaron a jugar para el resultado sin importar la espectacularidad, tenía razón. Se refería al encuentro entre Brasil e Italia del Mundial España 82, que culminó 3-2 a favor de los "azurri".

La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) debe implementar una condecoración especial en las Copas del Mundo, su máximo evento. Un trofeo que sea otorgado al equipo que haya realizado la mejor exhibición durante el torneo. Considero que debería tener similar calibre que el otorgado al monarca mundial.

Los cronistas deportivos que cubran el evento y los aficionados se encargarían de llevar a cabo tan loable misión. Ese trofeo será entregado al denominado "Campeón sin corona", que no sea el campeón del mundo. No siempre el monarca es el que practicó el mejor fútbol, el fútbol más agradable a la vista. Veamos algunos ejemplos.

En el Mundial de 1954 en Suiza, la República Federal de Alemania resultó el ganador, pero a lo largo del torneo fue otro el equipo que ofreció la magia: Hungría, que a la postre quedó subcampeón. Veinte años después, en el Mundial de Alemania, el equipo anfitrión nuevamente resultó el ganador; empero, Holanda, subcampeón, brindó el espectáculo.

En la Copa del Mundo de España '82, Brasil y Francia se llevaron los aplausos de los espectadores; sin embargo, los brasileños ni siquiera alcanzaron las semifinales, aunque ganaron el premio "Fair Play", y los galos ocuparon la tercera plaza. Y en el último mundial, nuevamente Holanda ofreció el juego pirotécnico y quedó cuarto.

Estos equipos que antepusieron el espectáculo al resultado final deben tener un justo reconocimiento por darle una esperanza al espectador, que es el cliente de esta empresa llamada fútbol. Una luz en el camino que el mejor deporte del mundo no ha muerto como un evento maravilloso. ¿No cree Ud, estimado lector?

 

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