En este país abundan los ejemplos para colocar en este escrito sobre el comportamiento y/o las actitudes de los hombres y mujeres que laboran en pequeñas o grandes compañías.
Uno de los principales puntos es la falta de sentido de cooperación. A muchos funcionarios públicos en algunas veces sus jefes les piden quedarse unas horas más o ir un sábado a trabajar y responden de forma negativa. Es cierto que nadie puede mandar en el día libre de las personas, pero hay que analizar que no todo el tiempo se solicita el trabajo extra. Qué bueno es decir la verdad; lo malo es decir: Sí, yo puedo, si embargo se la pasan con las caras largas como si se tratara de una masa de hacer hojaldre.
Un buen profesional debe ir a la cima a base de esfuerzo y tenacidad. Lambonear o arrastrarse no debe ser la ruta, por ello recomendamos que, si desea ser considerado confiable, profesional y cooperador, debe verse de esa forma.
En cuento a la manera de vestir, debe hacerlo de forma profesional y prolija, aún en los días casuales y en los eventos extraoficiales.
Haga las preguntas necesarias cuando no sepa cómo hacer algo. Es mejor hacer preguntas que reparar errores.
Sea valiente, sea diferente. No se una a la manada, no haga cosas sólo porque "todos lo hacen", respete su persona y su personalidad.
Mantenga una visión en perspectiva de las situaciones, aún en las más difíciles. Esto le permitirá tomar mejores decisiones, y son en estas decisiones difíciles en las que las compañías se fijan a la hora de las promociones.
No se queje cuando las cosas no salen como usted quería. No culpe a los demás. Asuma sus responsabilidades.
Mire el reloj sólo cuando haya terminado el trabajo que se había proyectado para el día, pero eso sí, termínelo a tiempo y no huevee.