Al fin un grupo de venerables panameños, que sabe donde come la langosta, se ha atrevido a decirle en forma documentada y veraz, a los jovencitos del actual gobierno y a la ciudadanía en general que: "El tercer juego de esclusas o la ampliación a Post Panamax ni es necesaria ni se justifica ahora".
Dios bendiga al ex presidente de la República doctor Jorge Illueca, al tocayo Manduley, a Fernando Manfredo y a George Richa, sobre todo porque la ACP y la mayoría de sus funcionarios parecieran vivir a espaldas de la realidad del país y aseveran a todo pulmón que el rechazo del proyecto de la ampliación del Canal, conlleva al riesgo de perder todo lo ganado. Perder todo lo ganado es el miedo que tenemos muchos istmeños de a pie, por el extraordinario tapadillo que reina con este negocio estatal, situación no vivida ni en los tiempos de Buneau Varilla y que provoca fortísimas sospechas de que no prevalecerá el interés nacional ante el embate de las especulaciones mercantilistas endémicas en esta posición geográfica, bien llamada por el avispado Obispo Berlangas como: "Panamá, la llave de los mundos".
Ni siquiera en el primer mundo, existen personas más documentadas que los estadistas influenciados por Berlangas, (Illueca, Manfredo, Richa y Manduley), respecto a la prioridad que tiene el Canal de Panamá de contribuir al desarrollo socioeconómico del país y de los casi tres millones de panameños, que tras luchas generacionales logramos recuperarlo. Se presenta una alternativa muy bien estudiada como la de un Megapuerto nuestro, que sólo contaría alrededor de 600 millones de dólares y no los 6, 000 millones para la innecesaria ampliación. Los del gobierno deben saber que con el canal no se puede aventurar para luego recular como con la difunta Ley 17 y el CAIR.
Los medios de comunicación, las organizaciones cívicas y el pueblo entero, deberían ponerse más quisquillosos con este tema de la ampliación, así como combatieron los penonomeños opuestos a los supuestos embalses. El Canal no es propiedad exclusiva de los que allí trabajan, es de todo el país y debe realizarse un debate nacional amplio y sin las ventajas publicitarias de un foro que puede arrastrar al barco nacional hacia un verdadero desastre.