Cierre de banco profundiza crisis
económica y social de Ecuador
Quito
REUTERS
La grave crisis económica
del Ecuador se acentuó el lunes con el cierre de uno de los mayores
bancos del país andino, avivando el clima de malestar social.
"Situaciones políticas, financieras y económicas nos
han llevado a una encrucijada que nos obliga a cerrar las puertas de la
institución", dijo Aspiazu en un mensaje televisado al país.
"Como presidente ejecutivo del Banco del Progreso, asumo plenamente
mis responsabilidades y entrego todos mis activos para asegurar que los
depósitos y captaciones de la institución estén garantizadas
en su totalidad", agregó.
Aspiazu, quien es además un importante accionista de la principal
empresa eléctrica del país, se quejó por un trato supuestamente
discriminatorio del gobierno hacia el quinto banco del país, con
cerca de 700.000 depositantes.
"Lamentablemente...se han puesto una serie de trabas burocráticas
(para la asistencia) lo que con otros bancos ha sido una gestión
expedita y automática", protestó.
Desde diciembre de 1998, ocho bancos de los 39 bancos que operan en el
Ecuador han sido intervenidos por las autoridades bancarias debido a problemas
de liquidez, que se extremaron hace dos semanas con una corrida bancaria
y cambiaría.
El sorpresivo cierre del Banco del Progreso, enclavado en la capital
económica del Ecuador, ocurre tras dos turbulentas semanas en las
que el país soportó violentas protestas sociales y huelgas
en repudio de la política del presidente Jamil Mahuad.
Analistas consideran que el número de bancos del Ecuador es excesivo,
teniendo en cuenta que la población total es de doce millones de
habitantes.
En tanto, miles de clientes del banco protestaron en las calles de Guayaquil
denunciando un "trato regionalista" del gobierno hacia los bancos
de Guayaquil a diferencia del tratamiento a los bancos de Quito.
Mientras el malestar social se avivó, especialmente en Guayaquil,
las autoridades económicas guardaron hermetismo al respecto y sólo
se informó que mantenían reuniones para evaluar la compleja
situación bancaria.
El alcalde de Guayaquil, León Febres Cordero, exigió al
presidente Mahuad fijar una postura en torno al Banco del Progreso para
evitar la pérdida de los dineros depositados.
"Es el momento de unirnos hoy más que nunca, es momento de
la tranquilidad", exhortó Febres Cordero ante las protestas
de los exaltados clientes del banco.
El problema financiero del banco reflotó la necesidad de una profunda
reestructuración de la banca, que ha sido pedida por analistas locales
y el Fondo Monetario Internacional.
"Las posibilidades del país están afectadas nuevamente
por otro golpe tremendo a la economía del país. Amanecemos
la semana con un banco, con 733.000 ahorristas, cerrado", dijo el presidente
del congreso, Juan José Pons.
"Cuántos bancos más van a seguir a este?", se
preguntó.
Los mercados financieros registraron cierta turbulencia ante la noticia
del cierre del banco y el sucre ecuatoriano se cotizaba a media jornada
a 10.975 por dólar, tras abrir a 11.450, según operadores
"Una economía que no tiene saneado el sistema bancario va
a enfrentar problemas para la ejecución de su política monetaria",
dijo el renunciante presidente del Banco Central, Luis Jácome.
Paralelamente a la crisis bancaria, diversos bloques del congreso ecuatoriano
continuaron analizando el lunes un paquete de ajuste, que incluye unas nueve
medidas que darían un 529 millones de dólares para cubrir
un déficit fiscal de alrededor del seis por ciento del Producto Bruto
Interno.
El congreso sesionará hoy martes para seguir el debate del paquete
económico, pactado la semana pasado por el gobierno con la oposición.
|