Luego de disfrutar días de playa, sol, diversión y juegos, para los niños, especialmente, resulta difícil reincorporarse al nuevo año escolar.
Es así como las primeras semanas de clases son días de preparación y adaptación, ya que esto significa volver a levantarse temprano y rehacer el horario de actividades.
Para muchos padres esta situación es motivo de estrés; sin embargo, al conversar con la psicóloga Geraldine Emiliani, asegura que es normal que los chicos se muestren ansiosos.
Emiliani menciona que esta es la razón por la que cada año se repite la misma escena, los niños lloran, patalean, tiran de la ropa de sus madres y les ruegan ¡no me dejes aquí!
Para nuestra entrevistada la mejor manera de solucionar el problema es trabajar en ello, por lo menos desde dos semanas antes de que inicien las clases.
¿COMO ENFRENTAR LA SITUACION?
Para que esta etapa de adaptación no se convierta en problema, la experta nos dio algunos consejos:
Dos semanas antes del primer día de clases, levantarse más temprano para que el cambio sea menos brusco.
Es importante que los chicos retomen el contacto con la lectura.
Sería más favorable que al hacer las compras escolares vayan los padres y los niños.
En el caso de los padres, no decir frases como "A ver si este año te va mejor en la escuela"; esto acelera más la ansiedad en los pequeños.
Reorganizar el horario para ver televisión y de irse a dormir.
Trate de que su hijo lleve los útiles necesarios.
Una vez que regrese de ese primer día de clases, pregúntele cómo le fue, qué hizo, qué aprendió, es una oportunidad para que el niño exprese lo que siente.
Designe un lugar para hacer los deberes escolares.
Para los padres, es importante que conozcan a los maestros o profesores.
Aprender es necesario, busque la manera de que sea más divertido y que no sea motivo de estrés.