Restos de lo que parece ser masa cerebral quedan esparcidos junto a objetos personales en el terreno.
No, no se trata de un cementerio, es la plaza de estacionamientos del edificio administrativo de Industrias Lácteas, donde la madrugada de ayer sábado, el seguridad, José Angel Gálvez, y un hombre de generales desconocidas murieron, se presume que sea el “pavo” al estrellarse el bus en que viajaban.
Además otros 30 pasajeros resultaron con diversas heridas de consideración.
LOS HECHOS
Al igual que otros pasajeros, Jesús Batista, de 34 años, aborda en la Calle 50, el autobús 8B-343, de la ruta Torrijos-Carter-Vía España, para dirigirse a su hogar en la barriada 9 de Enero de San Miguelito.
La jornada de trabajo como seguridad en el edificio “Diplomático” había sido ardua por lo que se dirigía a casa a descansar.
Pero lo que no sospechaba Batista, ni el resto de los pasajeros de este diablo rojo, pintado de amarillo, es que ese vehículo no los llevaría a sus destinos, sino a vivir una de las experiencias más difíciles de sus vidas, y para dos de ellos, la última.
El otro occiso quedó decapitado a consecuencia del impacto.
OTRO DIABLO EN ESCENA
A la altura del semáforo de la empresa Kienner, aparece a gran velocidad, el bus 8B-284, de la ruta Tumba Muerto-Mano de Piedra, que aprovechando que en horas de la madrugada, no hay vigilancia, recogía personas fuera de la ruta establecida.
La pelea por los pasajeros era cuestión de tiempo, dos buses de rutas similares, competían por los clientes que se encontraban en las diferentes paradas, en especial, la más codiciada, la Gran Estación de San Miguelito.
PETICION DENEGADA
Al iniciar la regata, varios de los pasajeros solicitaron al conductor Ronaldo González Arias, “que disminuyera la velocidad, porque lo que llevaba eran personas y no animales”.
Pero, esta petición cayó en saco roto, porque lo importante era no dejarse quitar ni un solo pasajero a lo largo de la ruta.
La tragedia ya estaba escrita, y a la altura del Cementerio de Pueblo Nuevo, el bus de Torrijos-Carter pierde el control, según varios pasajeros, porque el colectivo Mano de Piedra, se le fue encima.
La unidad rodante cruzó los paños de la Vía Simón Bolívar que se dirigen hacia el centro de la ciudad, y terminó estrellándose con la cerca de ciclón de la sede de la empresa láctea, que poco pudo hacer por detenerlo y terminó chocando con una palmera.
CONFUSION Y DESASOSIEGO
Varios de los pasajeros del bus accidentado, salieron por sus propios medios del colectivo.
Algunos golpeados, otros llorando, otros sangrando, contaban la terrible experiencia.
Un hombre de aproximadamente 40 años, que iba atrás del conductor, narraba como cerró los ojos y se encomendó a Dios, mientras le caían encima otros pasajeros que eran expulsados de la parte trasera del vehículo.
La carrocería del 8B-343 quedó tan destruida que parecía haber sido abierta por un abre latas.
HERIDOS LLEVADOS A HOSPITALES
Ambulancias del Cuerpo de Bomberos de Panamá, y otros organismos de socorro, auxiliaron a los heridos, un total de 31, de diversa magnitud.
Los heridos fueron llevados al Hospital Integrado San Miguel Arcángel, al Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social, y al Hospital Santo Tomás.