El nombre del Centro Penitenciario Nueva Esperanza, en Colón, se ha convertido en desesperanza para los internos que ayer, lunes, dejaban escuchar lamentos acompañados del ruido de barrotes y pancartas que pegaron en sus ventanas, pidiendo respeto a sus derechos humanos.
Los reclusos cumplieron con el llamado a huelga de hambre porque desde las 6: 00 a.m. empezaron sus protestas y portaban pancartas que dejaban ver los problemas que confrontan, como la mora judicial, la falta de atención médica, maltratos de custodios, necesidad de una verdadera resocialización, mejora de alimentos y otros.
Unos se cosieron los labios.
Familiares fueron solidarios portando pancartas.