La rusa Yelena Isinbáyeva pasó ayer un mal trago en la ronda de calificación de pértiga cuando tuvo que agotar sus tres intentos para superar la primera altura que intentaba (4, 55), pero finalmente estará el domingo en la final de los Mundiales en sala luchando por su cuarto título consecutivo. La plusmarquista mundial puso una nota de dramatismo al concurso.