En emotivas ceremonias realizadas en la Catedral y en Aguadulce, fue despedido ayer a su última morada, el asesinado director del INAC, Anel Omar Rodríguez.
Los restos de Rodríguez fueron llevados en primera instancia a la sede del INAC, donde los que fueron sus compañeros de trabajo le rindieron tributo y de allí cargaron en hombros el féretro hasta la Catedral Metropolitana, donde el arzobispo José Dimas Cedeño ofició la misa.
El mandatario Martín Torrijos recordó los lazos de amistad que le unieron a Anel Omar.
El féretro con los restos del funcionario fue retirado de la Catedral por un grupo de sus ex compañeros del Instituto Militar Tomás Herrera, entre ellos el director de la Policía Nacional, Francisco Troya, quienes en un acto de honor le cantaron el himno de este colegio, mientras la multitud le despedía con aplausos.
En Aguadulce, tierra que vio nacer a Rodríguez, la impotencia y el llanto fue lo característico.
Amigos y vecinos desplegaron pancartas exigiendo mayor seguridad y el cese de la violencia.
La caravana con los restos hizo una escala en la escuela de Bellas Artes, instalación que debió inaugurar, pero la muerte no se lo permitió. Luego el féretro lo llevaron a la Iglesia San Juan Bautista de Aguadulce, donde gran cantidad de personas se había congregado.