La Policía Nacional ha logrado contener parte de la creciente violencia que amenaza con reducir al país a un sangriento escenario de tráfico de drogas, pandillas y violencia.
En ese sentido ha desarrollado una labor de inteligencia que le ha permitido el decomiso de drogas y armas, el arresto de delincuentes y la desarticulación de pandillas.
Es labor de la entidad, efectivamente, reprimir la actividad delictiva, pero también servir de enlace para que la prevención pueda llevarse a cabo y así rescatar a la juventud del laberinto de las drogas o el delito.
En este punto entra en escena el Instituto Nacional de Desarrollo Humano (INADEH), cuyos programas de capacitación han permitido a jóvenes ex pandilleros aprender una profesión u oficio para llevar adelante un nuevo proyecto de vida lejos del delito.
El director del INADEH, Juan Planells, ha manifestado con entusiasmo que entre los jóvenes de El Chorrillo ha logrado encontrar un extraordinario talento en diversas disciplinas y está seguro de que el mercado laboral contará con magníficas unidades provenientes de ese barrio.
Por parte de la Policía, a cargo de Francisco Troya, hemos visto rapidez de acción, contundencia, eficacia y previsión. La coordinación de sus diferentes instancias ha logrado establecer una estrategia capaz de asestar duros golpes a quienes prefieren las actividades ilegales como forma de obtener recursos.
De esta manera, se demuestra que la solución del problema de las pandillas puede estar más cerca de lo previsto. La juventud panameña tiene mucho talento y debemos motivarles para que se desarrolle.
Hace falta todavía mucho por hacer, pero estamos seguros que los primeros pasos, el control y la prevención, están dando resultados que devolverán la paz y el sosiego a toda la sociedad.