La novena panameña que participa en el Clásico Mundial de Béisbol, aunque ha perdido dos partidos ante Puerto Rico y Cuba, demostró que en el país hay jugadores dispuestos a dejar en alto el nombre del país.
Aunque siempre se comenta que Panamá juega como nunca, pero pierde como siempre. En esta ocasión, hay que reconocer el desempeño del equipo nacional.
Ante Puerto Rico, un equipo repleto de jugadores de Grandes Ligas, y frente a Cuba, ganador de 25 campeonatos mundiales, Panamá tuvo la oportunidad de ganar. Quizás nos faltó algo de suerte o más bien el batazo oportuno.
Los peloteros panameños demostraron calidad y no se dejaron impresionar frente al rival. A pesar los problemas que enfrentó la novena como la decisión de algunos lanzadores de no integrarse al equipo, la deserción de otros peloteros, debido a la presión de sus franquicias y la renuncia a última hora del director original, la realidad es que los que fueron jugaron con gallardía.
Ojalá que ese tipo de clásico mundiales con participación de jugadores profesionales se sigan dando y que se establezca una reglamentación similar a la del fútbol, donde se obliga a los equipos a ceder a sus jugadores, cuando deben representar a sus países.
Además las limitantes de 65 lanzamientos impuesto a los pitcher, sin duda fue un elemento que afectó a Panamá que no contaba con relevistas destacados para mantener bajo control a sus rivales.
Sin embargo, tantos los jugadores profesionales como aficionados merecen un reconocimiento del pueblo, porque hay una realidad perdieron, pero lograron una victoria moral.