Perder la visión a los 27 años, por un desprendimiento de retina, no fue un impedimento para queAlbertina Navarro Vejarano, fuera una mujer exitosa.
Albertina, quien es coordinadora de la Comisión Nacional de Mujeres Ciegas de Panamá y miembro de la Unión Latinoamericana de Ciegos, recuerda que todo empezó con una infección en sus ojos (conjuntivitis) acompañada de presión alta y finalmente, el desprendimiento de retina.
"Es más duro ver y luego perder la visión, que nacer con esta discapacidad. Es como comenzar de cero, sin embargo, la perseverancia y la fe en Dios me han ayudado a vencer mis temores", confiesa Albertina, oriunda del Distrito de Atalaya, provincia de Veraguas.
EL DESTINO
Sus estudios los realizó en la ciudad capital y el interior del país. Albertina Navarro, que es la quinta de nueve hermanos, comenta que llegó hasta al sexto año de la Escuela Profesional Isabel Herrera de Obaldía, sin imaginarse que años después el destino le jugaría una mala pasada.
Adaptarse a este nuevo estilo de vida, no es nada fácil, asegura Albertina, quien para ese entonces ya tenía a sus dos hijos Vielka, de 7 y Héctor Alonso, de 6 años.
"Mis hijos fueron mi fuente de inspiración para salir adelante, pues no quería que me vieran como un estorbo".
Albertina, hizo múltiples intentos para recuperar la visión. Se sometió a diversas operaciones en Panamá y en el extranjero, sin lograr resultados positivos.
OTRA OPORTUNIDAD
Cuando perdió todas las esperanzas de recuperar su visión, acude al Centro de Rehabilitación de Ciegos Adultos, Andrés Cristóbal Toro, en abril de 1991 en busca de ayuda.
"Fue duro empezar, recuerdo que sólo era llanto, porque al caminar sentía que iba a caer en un gran abismo", comenta Albertina Navarro, ex presidenta de la Unión Nacional de Ciegos de Panamá.
Allí me enseñaron a hacer todos los quehacer en el hogar (lavar, cocinar, planchar, pegar un botón de una prenda de vestir, etc.), cuidar de mi apariencia personal, aprendí el sistema Braille (un programa de escritura táctil para personas ciegas), orientación y movilidad (el uso del bastón), entre otros conocimientos, nos cuenta Albertina.
METAS Y LOGROS
"Siempre observé que otras personas no videntes salían solos a la calle, estudiaban, eran unos profesionales, y me dije a mi misma, yo también puedo, y como mujer me lo propuse y lo logre", dijo orgullosamente esta luchadora mujer, quien reside en la barriada La Candelaria en Tocumen.
Para Albertina el famoso dicho de "Querer es poder", se convirtió en su filosofía de vida. Una grabadora se convirtió en su mejor aliada a la hora de iniciar sus clases.
Cuando daba matemáticas grababa un ejemplo y al llegar a su casa lo copiaba en el sistema Braille y después lo repasaba en ese mismo programa especial para las personas no videntes y luego sus exámenes los hacia de forma oral.
En 1998 obtiene su título de Bachiller en Letras en la Escuela El Buen Pastor Nocturno Laboral, ocupando el primer puesto de honor.
Luego opta por una beca en la Columbus University en donde obtiene el título de Licenciada en Periodismo.
Como sus deseos de superación seguían aumentando decidió estudiar una Maestría en Comunicación Social con especialización en Periodismo, la cual terminó recientemente y el acto de graduación será el próximo mes de agosto.
CURIOSIDADES
Colecciona: bartesanías panameñas.
Frase: La unión hace la fuerza.
Virtud: Sencillez.
Defecto: La desconfianza.
Música: Típica y romántica.
Comida: Arroz con guandú.
Libro: La revista Cara a Cara, especial para personas no videntes.