El doctor Diego Domínguez Caballero es un personaje por su alta capacidad intelectual. Sus clases en la Universidad eran ejemplos de conocimientos. Años atrás esta eminencia me rogó. ¿Cómo? Sí, me pidió con toda su alma, que como profesor de Periodismo luchara "para que no desapareciera el humanismo en la formación de los periodistas".
He hecho lo posible para que no quiten de los nuevos planes de estudio materias como Filosofía, Español, Ética, Cívica, Historia, etc.
Pero el asunto no es fácil ante la "época de la tecnología".
El "tecnicismo" está apoderándose de los "currículos" (lista de materias de estudio).
Algunos creen que conocer de Historia no tiene importancia ahora, cuando la tecnología nos conecta en segundas con enciclopedias virtuales (de internet, etc.)
La falta de conocimientos humanísticos es lo que ha causado a Panamá por lo menos dos bochornos internacionales.
Uno de ellos fue la señorita que no tenía idea de quién había sido Confucio.
Añada al cónsul, que en la televisión mundial no sabía aspectos básicos del Canal y la participación de los franceses.
Nadie duda que la tecnología ha revolucionado la educación y muchas profesiones. Los periodistas somos unos de estos beneficiados.
Pero, ¿de qué servirá enviar en segundos una noticia desde el más alejado rincón del país, si ella es superficial y tiene horrores (errores) que avergüenzan a quienes las lean, escuchen y vean...?
Me parece que a veces la tecnología en lugar de facilitar la vida profesional lo que hace es complicarla... y disminuir el carácter humano del existir.
Si repasamos la Historia veremos que son pocos los inventos tecnológicos que siguen vigentes a través del tiempo.
Sin embargo, las ideas de los grandes pensadores humanistas del mundo siguen teniendo importancia y guiando el trabajo intelectual.
Siempre recuerdo la petición del distinguido Dr. Diego Domínguez, y trato de que su deseo se cumpla.
Hay que esperar que con los cambios en la educación panameña aumenten las materias humanísticas.
Cuando estudiaba en el Instituto Nacional había una corriente "práctica". Figúrense que me pasé meses haciendo "suecos" de madera y bandejas de aserrín...
