Cuando Paty, su amiga y compañera de apartamento, le dijo a Marjorie que no tomara la ley en sus manos, que eso lo arreglarían en los tribunales, fue como si le dijeran un chiste de mal gusto.
¿En qué tribunales, si para que a una mujer le crean, tiene que llegar muerta?, fue lo que le respondió mordiendo con rabia cada palabra.
A diferencia de Terry, que sí fue violada y esa noche se lo confesó, Marjorie fue afortunada; en medio de toda la pesadilla que vivió cuando fue maltratada física y psicológicamente por su atacante. Ahora ella lo tenía a su merced. No creía en las leyes. Pero, ¿debía denunciarlo, dejárselo a Dios o decidir ella cómo hacerlo pagar por el dolor y abuso de que la hizo víctima?
Ella quería vengarse de él, pero, al tomar la ley en sus manos e idear diversas formas de asesinarlo, pecaba de lo mismo: de dejar libre lo malsano, dejar que "el lobo" que anida en cada uno salga libre y sacie su sed de sangre. Esto y más en "Extremidades", drama que se presenta en La Quadra, dirigido por Edwin Cedeño, y que habla de un flagelo social que es el abuso sexual, del que son víctimas cada segundo, en todo el mundo, mujeres de todas las edades, culturas, profesiones y condición social.