Que bonito es ser educador cuando el educador vive, ama y siente esa pasión por el educar, observa a sus alumnos como unas semillitas a las que se les va agregando diariamente el abono para que crezcan fuertes y sanas, para que al final produzcan frutos de calidad.
Recuerdo que cuando era pequeña, me encantaba jugar a ser maestra, mis muñecas eran mis estudiantes, a todas les hablaba con amor, paciencia y cariño. A cada una de ellas, yo le inventaba un problema que traían de casa y yo como maestra les apoyaba dando consejos sanos y haciéndoles ver que la vida está llena de obstáculos, pero que para todo hay solución.
Un día mi madre me escuchó y me dijo. Tú vas a ser maestra. Así fue. Trabajé como docente por 22 años con alumnos de preescolar, primaria y secundaria. Actualmente no me he alejado de enseñar, trabajo en una universidad y me dedico en mis horas libres apoyar a niños y a niñas que tengan alguna dificultad en el aprendizaje. Creo fielmente en la enseñanza con amor y dedicación.
Pero, ¿qué es ser un buen maestro?
A continuación detallo algunas de las características que reúne un buen maestro:
Los buenos maestros tienen metas altas para todos sus alumnos. Ellos desean que todos sus estudiantes logren ser exitosos y buscan la forma o métodos de enseñanza para con los estudiantes que van atrasados.
El buen maestro entrega las tareas y ejercicios corregidos a tiempo a sus estudiantes
Los buenos maestros están siempre organizados.
Motivan a sus estudiantes, utilizan diferentes actividades que permitan la participación de sus estudiantes.
Mantienen a los estudiantes interesados en aprender con técnicas ticas variadas e interesantes.
Los buenos maestros forman relaciones fuertes con sus estudiantes y demuestran que les tienen afecto como personas.
Los buenos maestros se comunican frecuentemente con los padres través de notas o reportes que mandan a casa.
A todos los maestros deseo felicitarlos y exhortarlos a que sigan con esa paciencia, vocación y amor por enseñar.