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RECORDANDO UNOS JUEGOS EXITOSOS Panamá, 30 años después de la cita centroamericana y del Caribe
El Estadio Rommel Fernández (antiguo "Revolución") fue la sede principal de los eventos de atletismo, la final del fútbol y las ceremonias de apertura y clausura de los IX Juegos Centroamericanos y del Caribe que se realizaron hace 30 años. Foto: EPASA.

Carlos Alberto Martínez
Crítica en Línea
Entre la primera y segunda semana del mes de marzo de 2000, a los panameños deportistas se nos olvidó al iniciar este siglo, de que alguna vez, hace 30 años, la historia de nuestro país fue testigo de uno de los eventos más espectaculares vividos y de los cuales, cinco moles de cemento han sido testigos mudos, en los que, si hablaran, nos contarían muchas de las hazañas ocurridas durante aquéllos días, y, cuidado, hasta pedirían un sincero auxilio sobre sus actuales condiciones. Pero de ello no tocaremos, ya que sólo de los recuerdos de una época esplendorosa de tales escenarios es lo que mencionaremos, cuando del 25 de febrero hasta el 14 de marzo de este año, se celebran sin mucha ceremonia ni pompa, ni mucha pena ni gloria, aquellos días en que hace 30 años, en 1970, se celebraron en nuestro país los XI Juegos Centroamericanos y del Caribe. Investigando e indagando lo poco que se ha recogido en periódicos de la época y de los videos ya perdidos por el tiempo, se sabe que Panamá, a nivel deportivo, cobró su desquite de hacer el compromiso que en 1954 había declinado, siendo el gestor el entonces titular del Comité Olímpico Panameño, Don Aníbal Illueca padre. Al otorgársele la responsabilidad en 1966, se llevó a cabo y con mucho entusiasmo un trabajo, que, presidido por Carlos Eleta Almarán en el Comité Organizador, superó las expectativas y las barreras, incluso, de los convulsionados cambios políticos y sociales ocurridos en ese lapso que a la larga, tomaría el recién instalado régimen castrense de Omar Torrijos. Para esos días, se construyeron las instalaciones deportivas que para su tiempo, fueron colosales en el área de Juan Díaz, tales como el Estadio Revolución (hoy "Rommel Fernández"), el Gimnasio Nuevo Panamá, y la Piscina Patria, y otros dos en Tocumen como el Velódromo Nueva Generación y el Polígono Renacer, mientras que las otras sedes, ya construidas serían asimilados para los juegos como la Villa Olímpica (hoy Colegio José Antonio Remón Cantera), los gimnasios de los colegios Javier, La Salle, San Agustín y Las Esclavas, los estadios Juan Demóstenes Arosemena y Artes y Oficios, además de un Centro Internacional de Prensa en el IJA de Paitilla. Hubo grandes manifestaciones culturales, un logotipo y una mascota basados en el símbolo sombreado del discóbolo, hasta el momento en que los juegos dieron inicio con un espectáculo impresionante y la implantación de la cultura de las batuteras en nuestro país por un grupo de puertorriqueñas procedentes de Guaynabo. Así fue que 2,095 atletas de 22 países, incluidas Honduras Británica (hoy Belice) y Surinam como nuevos miembros, compitieron en 19 deportes, de los cuales se dice que uno fue de exhibición, las carreras de caballos, con un evento similar al Clásico del Caribe en el Hipo-Remón. Panamá y sus escenarios deportivos fueron escenarios inolvidables del surgimiento de la Cuba socialista como potencia mundial deportiva con una igualada a la marca olímpica y mundial del americano Bob Beamon por el cubano Jesús Mirabal, reinas como Zulema Bregado de Cuba en la gimnasia y María Teresa Ramírez de México en natación, escándalos como el de la selección colombiana de fútbol por un supuesto profesionalismo de uno de sus jugadores, pero sobretodo, de la mayor hazaña de Panamá en el baloncesto, con un "Dream Team" formado por Davis Peralta, Pedro "El Mago" Rivas, "July" Andrade entre otros, que se llevaron invicto el certamen y frenaron la racha de Cuba en un partido que acaparó la atención de un país. Cuba se llevó los juegos con 210 medallas obtenidas, 98 de ellas de oro, mientras que los nuestros quedaron quintos con apenas 41 medallas, 5 de oro. Treinta años después, sus protagonistas viven retirados o han fallecido; los escenarios, permanecen, aunque con problemas respecto a su mantenimiento por el paso del tiempo y de nuestros dirigentes. Pero de lo que no debemos olvidar, fue que una vez, Panamá y quienes dirigieron su vida, fueron capaces de aceptar el reto y lo hicieron, y por un tiempo, fuimos el centro de la actividad deportiva regional y mundial.
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