En nuestra campiña, hay un gran número de hombres y mujeres que se han dedicado gran parte de su vida a la elaboración de piezas artesanales, propias de cada región.
El coclesano Ernesto Martínez es uno de esos artesanos, que desde hace 20 años, se dedica a la confección de cestas, motetes y mochilas elaborados con fibra vegetal.
En la elaboración de cada una de estas piezas el artesano utiliza: hojas de bellota, bejuco, majagua y maíz, y para ello debe procesar las plantas, recortándolas con la ayuda de un cuchillo afilado, logrando sacar tiras, lo más delgadas posibles, que luego se ponen a secar, al sol, por espacio de tres a cuatro horas, máximo.
Posterior, procede a teñir algunos hilos con bejuquilla (tono amarillo) y colores artificiales para darle color a ciertas líneas.
Las piezas más pequeñas, que tienen un costo de B/2.00 en adelante, son las más complicadas porque requieren precisión al tejer, mientras que la confección de las más grandes pueden tomar alrededor de cuatro horas.
MEJORANDO LA PRODUCCION: TRES CULTIVOS
Para abaratar los costos, los artesanos han tomado la decisión de cultivar las plantas que utilizan para la fabricación de piezas. Por lo general, se extrae la materia prima cada tres meses.