Este modelo esconde debajo de esas formas tan sugerentes el chasis del Maserati Quattroporte, algo más. Y es que otra firma italiana también ha puesto el propulsor, ese maravilloso V8 de 450 CV que debe rugir y empujar de forma envidiable. De hecho, ese mismo modelo aporta el motor, aunque en el 8C Competizione la cilindrada pasa de 4, 2 a 4, 7 litros, en lo que será el futuro V8 de Maserati.
Lo mejor es que el par máximo es de más de 450 Nm a 4.750 rpm.
Con cambio automático de seis velocidades, tiene cinco programas de funcionamiento: Manual-Normal, Manual-Sport, Automático-Normal, Automático-Sport y, finalmente, Ice, para arrancar sobre superficies muy deslizantes, como sobre la nieve, por ejemplo.