El Gobierno de Ecuador admitió ayer que la rotura del oleoducto estatal el pasado jueves causó un "desastre" ambiental y contaminó el Río Coca, que abastece de agua a la ciudad de Francisco de Orellana, en el corazón de la Amazonía del país.
El ministro de Minas y Petróleos, Galo Chiriboga, dijo en una rueda de prensa que, pese a que se ha logrado reparar el oleoducto, el efecto ambiental no ha podido ser controlado.