Richard Butler, el ex jefe de inspectores de las Naciones Unidas, alimentó el escándalo generado por las acusaciones de que Gran Bretaña espió en el organismo antes de la guerra en Irak.
El experto dijo que mientras investigaba los programas de armas de Irak, se reunió con sus contactos en el Parque Central de Nueva York porque los teléfonos de la sede de la ONU eran inseguros.