Varios países continuaban con sus esfuerzos para resolver la situación a través un acuerdo político entre Aristide y la oposición antes de que se resuelva el envío de una tropa de paz.
Francia urgió al presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, a abandonar el poder para "evitar una espiral de violencia que sería incontrolable" e insistió en que se trata de una medida de "total convergencia" con EEUU y Canadá.
El jefe de la diplomacia francesa, Dominique de Villepin, se reunió con una delegación del Gobierno, encabezada por su colega haitiano, Joseph Philippe Antonio, a quien resaltó la "urgencia que existe en avanzar en la búsqueda de una solución política".
Entretanto, Aristide dijo a la cadena de televisión CNN que no renunciará y que estára en el poder hasta el 7 de febrero del 2006.