Vamos a un correo inspirador... el Dr. Jaime R. Ortiz Ch., para compartirlo con los lectores de Tercer Strike.
Dr. Ortiz:"En la vida a veces antes de comenzar el partido, se sabe que se va a ganar (pero puede ser que el otro equipo también tenga la certeza de que la victoria le pertenece) y a veces se sabe que se va a perder (mismo caso para el contrincante, a ver quién es peor, pues). En la vida jamás nos ponchamos con menos de tres strikes (pero a veces no queremos seguir bateando después del primero o segundo).
Cuando nos golpea la bola en el béisbol avanzamos a primera, pero preferiríamos haber recibido la base por bolas (en la vida a veces preferimos el golpe, todo sea por avanzar más rápido). En la vida siempre el pitcher es zurdo, y sus movimientos para tratar de sacarnos cuando corremos en primera son rápidos y furtivos; pero al igual que en el béisbol, hay que esperar a tener una buena cuenta para partir (reconocer el buen momento para avanzar es la cuestión).
En el béisbol a veces es bueno hacer un toque de sacrificio para ayudar a un compañero a avanzar (la carrera contará para el equipo) en la vida es bueno ayudar a otros, no sabemos cuando estaremos en su lugar. En el béisbol, un batazo largo, no es lo mismo que un cuadrangular (puede ser un out largo); en la vida algo que parece bueno al principio puede no serlo al final.
En el béisbol al cubrir una posición en defensa debes jugar como si el siguiente batazo siempre irá hacia ti, para estar listo siempre (si no eres así en la vida siempre las oportunidades te pasarán de largo porque no estarás listo jamás).
Son algunas pequeñas reflexiones para la vida y para el béisbol, y recuerden que en la vida todo puede pasar así como en el béisbol, porque la pelotita es redonda y viene en cajetita cuadrada, y ni el partido ni la vida se acaba hasta que se saquen los 9 episodios (y a veces el béisbol y la vida, si lo necesitas o por capricho del destino, te pueden dar episodios extra, qué más puedes pedir)."
Nota, el artículo fue editado para poder utilizar el espacio disponible en la columna. Gracias al Dr. Ortiz por sus palabras.
¡Viva el béisbol!