Cuando toca la mañana en Barcelona su equipo vuelve a ser 'rey del mundo'. El Racing de Santander paga los platos rotos con un 4-0. Recibe goles y claveles de un fino equipo que volvió a demostrar porque es seis veces campeón.
Ayer, el Barcelona pegó una arremetida en la primera parte, que luego se calmó poco a poco, pero que dejó sonreídos a sus fanáticos y aniquilados a los de Santander, que al minuto 35 ya preguntaban quién era esa aplanadora azulgrana.
LOS GOLES Y LA FELICIDAD
La olla la abrió el pequeño genio Andrés Iniesta al minuto seis. El manchego le pegó con la zurda tras una duda de la defensa. Los errores se pagan caro. Al minuto 28, de un tiro inofensivo, sin mayores peligros, la barrera se hace de masilla y la pelota entra al arco.
Fue de lienzo francés, Tierry Henry, que sin pegar el tiro más mortífero del año, clavó un gol que al final vale igual que uno de chilena.
Al 34 ya todo pintaba fiesta. Rafa Márquez, la esperanza mexicana, le pegó como con tequila en una falta genial y venció a la barrera y al portero para el 3-0. Camp Nou era panal para el Barcelona.
Así se fueron al medio tiempo, con un equipo catalán dominando en todos los sectores con la complicidad de los defensas del Racing que había permitido libertades que en noches de Liga son imperdonables. Se nota que el equipo no ha superado su eliminación en Copa del Rey. No volvió a ser el mismo.
Al minuto 84 el definitivo 4-0, por cortesía de Thiago, que se estrena como goleador, todo gracias a una jugada de Messi, que a pesar de no haber marcado, participó en gran parte del armado ofensivo del club catalán.
De esta forma, los dirigidos por Pep Guardiola duermen tranquilos porque saben que pase lo que pase hoy en Madrid continuarán como líderes de la Liga Española y, de paso, se quitaron el sinsabor de la derrota de la semana pasado ante el Atlético de Madrid. Así viven los reyes..