Para conocer el Instituto Oncológico Nacional -I.O.N.- no hay que ser un paciente ni familiar de una persona de este nosocomio especializado en la cura/prevención del cáncer... Basta con que quieras solidarizarte moral, espiritual (existe una capillita dentro de sus instalaciones) o económicamente para que te enteres de la extraordinaria labor que allí se da en procura de salvaguardar la salud de los enfermos (este es el único hospital donde se consiente amor, atención y alto grado de interés a los pacientes.).
Y ciertamente que no se llega a conocer bien el -I.O.N.- si no se ha tenido la oportunidad para apreciar, de cerca, la labor que diaria y desinteresadamente lleva a cabo el cuerpo de Damas Voluntarias en quienes, entre las otras muchas tareas que realizan, se destaca la diligencia, el amor y la entrega con que se acercan a uno para, bandeja en manos, preguntar:
¿Desea té o café, negro o con leche?
Esta es una 'tarea' que casi se hace un ritual religioso, ya que estas damas, en horas de la mañana, van apareciendo, cual abejitas deambulando entre la gente, para ofrecer esa taza de té o café caliente, negro o con. leche, acompañado (muchas veces) con ricos panecillos, todo lo cual cae como una bendición del cielo para aquellos que por una razón u otra no pudieron prepararse un desayuno antes de acudir a su respectiva cita médica.
Este nuevo año, 2010, el suscrito quiere saludar muy sincera y holgadamente a este grupo de Voluntarias del Instituto Oncológico Nacional, recordando a quienes leen este material que es necesario que ellas sigan recibiendo de nosotros el apoyo económico que necesitan para poder seguir brindando esa encomiable labor social como todos los días lo vienen haciendo.
¡Dios las bendiga y les siga regalando la buena salud que les es necesario para continuar sirviendo al prójimo como con tanto amor y abnegación lo están haciendo! ¡Au Revoir!